10. Akihabara
Este post originalmente sería una crónica del día que fui a buscar una tarjeta sim para mi celular y de la cantidad de tiendas de manga y figuras y lugares de video juegos que vi, no por nada Akihabara se conoce como La Meca de los otakus.
Sin embargo, ha pasado bastante tiempo desde que fui a buscar la sim y mirando en retrospectiva hay solo una cosa que recuerdo con particular importancia, que va mucho más allá de los detalles de firmar el contrato, fue una sensación muy particular que experimenté....
A estas alturas ya deberían saber que mi principal motivación para venir a Japón, es que, por el anime que toda la gente de mi generación vio cuando eramos pequeños (dragon ball, ranma 1/2, samurai X, los caballeros del zodiaco, los supercampeones, POKEMON <3, el gato cósmico, entre otras deben ser nombres familiares para toda persona de 30 años ha oído nombrar) empecé a sentir mucha curiosidad por este país.
En un post de instagram les contaba que cuando entré al liceo (14-15 años aprox.) dejé de ver tanto anime por incompatibilidad de horario (en esa época aún veía tele, no se les ocurra pensar que en Quirihue iba a tener una conexión que me permitiera bajar anime, xD, modem telefónico solamente).
Nunca me dejó de gustar realmente, pero tampoco era tan fanático como para urgirme por no poder ver, mis intereses empezaron a cambiar también, aprendí a tocar guitarra y por un par de años consagré mi vida a eso, también empecé a salir a carretear, la cosa es que el tiempo pasó y dejé de ver anime.
Cuando llegué a la U, después de pasar el primer año que prácticamente no hice ninguna otra cosa aparte de estudiar, tomar en exceso y dormir, cuando ya le había agarrado un poco el ritmo a la U (y como vía de escape para el exagerado esfuerzo que significó para mi sacar esa carrera), comencé a ver anime de nuevo.
Resulta que en Santiago tenía conexión ADSL, además que en la U había una animeteca, pero estaba muy adicto, lo mismo con las series, me acuerdo que era la época en que daban Lost, perdía mucho tiempo y solucioné el problema de la forma que me pareció más fácil, ya que nunca he sido muy bueno lidiando con el autocontrol (es algo que simplemente me supera), corté por lo sano dejé de ver anime y series, totalmente.
Con el boom de Netflix, unos 6 o 7 años después, empecé a ver series de nuevo y en cuanto supe que me habían aprobado la visa para Japón, volví a ver anime....
Uno de esos que vi los últimos días que estuve en Chile fue Steins;Gate, basada en una "Novela Visual", un género de videojuego interactivo muy popular acá Japón, donde en general sólo hay dialogos entre personajes estáticos, y uno puede ir tomando distintas decisiones para llegar a distintos finales alternativos. (por esta razón la famosa Bandersnatch me pareció tan revoluciona u original como la rueda, inventada por allá por la edad de piedra). Particularmente famoso es el genero Otome entre las adolescente japonesas, donde distintos personajes masculinos las intentan conquistar xD. (también esta el genero "Harem" para los chicos)
A estas alturas ya deberían saber que mi principal motivación para venir a Japón, es que, por el anime que toda la gente de mi generación vio cuando eramos pequeños (dragon ball, ranma 1/2, samurai X, los caballeros del zodiaco, los supercampeones, POKEMON <3, el gato cósmico, entre otras deben ser nombres familiares para toda persona de 30 años ha oído nombrar) empecé a sentir mucha curiosidad por este país.
En un post de instagram les contaba que cuando entré al liceo (14-15 años aprox.) dejé de ver tanto anime por incompatibilidad de horario (en esa época aún veía tele, no se les ocurra pensar que en Quirihue iba a tener una conexión que me permitiera bajar anime, xD, modem telefónico solamente).
Nunca me dejó de gustar realmente, pero tampoco era tan fanático como para urgirme por no poder ver, mis intereses empezaron a cambiar también, aprendí a tocar guitarra y por un par de años consagré mi vida a eso, también empecé a salir a carretear, la cosa es que el tiempo pasó y dejé de ver anime.
Cuando llegué a la U, después de pasar el primer año que prácticamente no hice ninguna otra cosa aparte de estudiar, tomar en exceso y dormir, cuando ya le había agarrado un poco el ritmo a la U (y como vía de escape para el exagerado esfuerzo que significó para mi sacar esa carrera), comencé a ver anime de nuevo.
Resulta que en Santiago tenía conexión ADSL, además que en la U había una animeteca, pero estaba muy adicto, lo mismo con las series, me acuerdo que era la época en que daban Lost, perdía mucho tiempo y solucioné el problema de la forma que me pareció más fácil, ya que nunca he sido muy bueno lidiando con el autocontrol (es algo que simplemente me supera), corté por lo sano dejé de ver anime y series, totalmente.
Con el boom de Netflix, unos 6 o 7 años después, empecé a ver series de nuevo y en cuanto supe que me habían aprobado la visa para Japón, volví a ver anime....
Uno de esos que vi los últimos días que estuve en Chile fue Steins;Gate, basada en una "Novela Visual", un género de videojuego interactivo muy popular acá Japón, donde en general sólo hay dialogos entre personajes estáticos, y uno puede ir tomando distintas decisiones para llegar a distintos finales alternativos. (por esta razón la famosa Bandersnatch me pareció tan revoluciona u original como la rueda, inventada por allá por la edad de piedra). Particularmente famoso es el genero Otome entre las adolescente japonesas, donde distintos personajes masculinos las intentan conquistar xD. (también esta el genero "Harem" para los chicos)
Steins;Gate es una historia que se lleva a cabo en Akihabara y se trata de un grupo de amigos que ha convertido su horno de microondas en un dispositivo que puede enviar mensajes de texto al pasado. A medida que realizan diferentes experimentos, una organización llamada SERN, que también ha estado haciendo su propia investigación sobre los viajes en el tiempo, les sigue la pista y ahora los personajes tienen que encontrar una manera de evitar ser capturados por ellos. Este anime se transmitió en Japón durante el verano de 2011, durante el verano del 2018 se transmitió la segunda parte Steins;Gate 0.
Es una buena serie, la historia es entretenida y yo llegué a conectar realmente con los personajes, al menos a mi me gustó más que por los viajes en el tiempo, por la manera en que se retratan las relaciones entre los seres humanos.
Por lo mismo, cuando llegué a Akihabara y vi el letrero verde de la estación de línea Yamanote de JR Akihabara, la radio Kaikan donde se estrelló el satélite y el puente que pasa sobre el rio Kanda, recordé algunas de las escenas más emocionantes de la serie, se me pararon los pelos de punta y me sentí completamente sobrecogido, me sentí casi como si realmente estuviera dentro de la historia, fue cuático... una sensación que nunca se me va a olvidar.
Me queda pendiente la visita a algún Maid Cafe de la zona, mi japonés ha mejorado un poco, entiendo un poco más pero no me da para hablar aún, de todos modos me gustaría ir con algún amigo japonés o algún amigo que hable japonés, para no perderme tanto jajaja.
Saludos y hasta la próxima.
Es una buena serie, la historia es entretenida y yo llegué a conectar realmente con los personajes, al menos a mi me gustó más que por los viajes en el tiempo, por la manera en que se retratan las relaciones entre los seres humanos.
Por lo mismo, cuando llegué a Akihabara y vi el letrero verde de la estación de línea Yamanote de JR Akihabara, la radio Kaikan donde se estrelló el satélite y el puente que pasa sobre el rio Kanda, recordé algunas de las escenas más emocionantes de la serie, se me pararon los pelos de punta y me sentí completamente sobrecogido, me sentí casi como si realmente estuviera dentro de la historia, fue cuático... una sensación que nunca se me va a olvidar.
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Imagenes sacadas de internet |
Me queda pendiente la visita a algún Maid Cafe de la zona, mi japonés ha mejorado un poco, entiendo un poco más pero no me da para hablar aún, de todos modos me gustaría ir con algún amigo japonés o algún amigo que hable japonés, para no perderme tanto jajaja.
Saludos y hasta la próxima.